La Contrarreforma en España

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La Contrarreforma en España

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Antes de pasar a analizar el periodo de la Contrarreforma, o reforma católica, es conveniente hacer una breve alusión a las primeras iniciativas reformistas que surgieron en España durante el reinado de los Reyes Católicos. Los prelados que ocupaban las sedes episcopales en los reinos de la monarquía hispánica a finales del siglo XV, unían a su alta jerarquía eclesiástica un gran poder temporal procedente del patrimonio de rentas proporcionado por sus diócesis. La mayor parte de ellas estaban ocupadas por miembros de la nobleza española o por extranjeros designados desde Roma. Dada la independencia de la jurisdicción eclesiástica que fortalecía el poder de este sector de la nobleza, los Reyes Católicos tuvieron que hacer frente a serios obstáculos para someter estos grandes señoríos de la Iglesia al poder monárquico.
Con motivo de la conquista de Granada y de Canarias, el Papa Alejandro VI, concedió a Fernando e Isabel, el real patronato para estas nuevas tierras de la corona de Castilla; es decir, el privilegio de proponer al Papa los candidatos a las sedes de nueva creación en dichos territorios. Esta concesión fue un importante precedente para la posterior obtención en 1508 del Real Patronato para las Indias.
Una gran relajación de costumbres se había generalizado entre el alto y bajo clero como sucedía en el resto de Europa en la época del Renacimiento. Como reacción a esta situación comenzó a surgir dentro del propio estamento eclesiástico con el impulso de los monarcas iniciativas urgentes de reforma. Dentro del movimiento de la observancia franciscana que preconizaba la vuelta a las primitivas reglas de la orden surge la figura de Francisco Jiménez de Cisneros confesor de la reina y años más tarde arzobispo de Toledo. Él será el gran protagonista por encargo de los reyes de las reformas de las órdenes religiosas, tarea que acometió con la energía, tesón, y a veces excesiva dureza que le caracterizaron.
En las Cortes de Toledo de 1480, Fernando e Isabel, manifestaron el deseo de que las universidades llegaran a ser vehículos del movimiento reformista. Tras acometer las reformas de la de Salamanca y Valladolid, Cisneros, fundó en 1508 la universidad de Alcalá, cuyo principal objetivo fue promover los estudios de teología para la formación del clero.
Las inquietudes reformistas tuvieron un arraigo muy especial en tierras alemanas debido a la existencia de una burguesía formada y exigente en materia religiosa lo que explica la rápida propagación de la doctrina luterana en esta zona. En la Europa cristiana cundió la alarma ante los hechos ocurridos en Alemania que acrecentaban la crisis de la Iglesia, y en busca de una solución se insistió con una mayor urgencia en la necesidad de celebrar un concilio que restableciera la disciplina eclesiástica y sentara firmemente los cimientos dogmáticos.
Carlos V, como emperador de Alemania, se sintió muy directamente afectado por estos sucesos y vio también en esta solución la única salida a la difícil situación creada por Lutero. Esta convicción, le llevó a ser el principal promotor del concilio, tarea que acometió tenazmente durante largos años teniendo que sortear grandes dificultades para llegar a hacer realidad la convocatoria. Estas dificultades procedían de tres frentes:
 del papado,
 de Lutero y sus seguidores,
 y de su principal enemigo, Francisco I de Francia.
La paz en el Imperio, y un acuerdo con los luteranos, junto con un profundo sentimiento religioso fueron las motivaciones que le reafirmaron en esta posición.
En las advertencias a su hijo Felipe II, anticipo de su testamento, decía textualmente el Emperador:
"Y porque después de tantos trabajos y gastos que yo he hecho y sostenido por reducir a nuestra fe y religión a los desviados en esta Germania, no se ha hallado otro medio ni remedio suficiente que el del Concilio, al cual y a instancia mía se han sometido todos los estados de ella, os ruego y encargo, que si no se acabare antes de mi fallecimiento pongáis la mano y procuréis con el rey de romanos, mi hermano, y con los otros reyes y potentados cristianos que se celebre y efectúe y hagáis en esto de vuestra parte y por los estados y señoríos que os dejaré, la buena obra y oficio debido".
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Re: La Contrarreforma en España

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Tras los pontificados de León X, Adriano VI y Clemente VII, sube al solio pontificio Paulo III, con la firme decisión de promover la convocatoria del sínodo. En 1535 inicia sus gestiones en esta dirección intentando vencer la resistencia de la curia y gestionando la futura presencia de los luteranos en la asamblea. Después de incontables incidentes, en 1545, Paulo III consiguió inaugurar el concilio en la ciudad de Trento, sede propuesta por el emperador. En esta primera etapa el número de asistentes fue poco numeroso en contraste con la tercera en donde aumentó considerablemente. La representación más nutrida fue la italiana seguida muy de cerca por la española. Diversas circunstancias forzaron la interrupción del sínodo en dos ocasiones lo que determinó que se dividiera en tres etapas, la primera entre 1545 y 1549, estuvo presidida por Paulo III; la segunda desde 1551 al 52, tuvo lugar en el pontificado de Julio III; y la última con Pío IV, desde 1562 al 63. En la primera sesión se planteó la cuestión del método de trabajo a seguir a lo largo de las sesiones.
La mayor dificultad inicial fue decidir si se debían comenzar los debates por los asuntos dogmáticos o por los relacionados con la reforma de la Iglesia. Una gran polémica se organizó entre la curia y el partido imperial que mantenían puntos de vista opuestos:
 El Papa y la curia eran partidarios de comenzar las discusiones por las cuestiones dogmáticas, pues consideraban que era la norma seguida en concilios precedentes, y sobre todo porque preferían no abordar inicialmente los temas disciplinares.
 Carlos V propugnaba la postura contraria, que fue defendida por el obispo de Trento, quien insistió en comenzar por la reforma eclesiástica, ya que según argumentaba la dramática situación de la Iglesia había sido la causante de la escisión luterana.
Finalmente se llegó al acuerdo de tratar simultáneamente ambos aspectos.

No nos podemos detener en los pormenores de la gran asamblea tridentina, pero sí hay que destacar cuales fueron sus aportaciones tanto en el terreno dogmático como en el de la reforma eclesiástica, y el papel de la Iglesia y de la monarquía hispánica en la aplicación de las normas del concilio. El concilio clarificó todas las incertidumbres dogmáticas consecuencia de la teología protestante:
Se estableció la autoridad interpretativa de la tradición de los concilios del magisterio romano, en respuesta a la exclusividad de las Sagradas Escrituras defendida por los luteranos.
Se debatió la teoría de la justificación por la fe, confirmando la postura católica de la fe ayudada por las obras, incompatible con la predestinación calvinista.
 Con respecto a los sacramentos, se afirmó la presencia real de Jesucristo en la Eucaristía, y se mantuvo el número tradicional de siete frente a los dos que admitía Lutero.
La posterior edición del catecismo romano puso al alcance del pueblo las formulaciones dogmáticas emanadas del concilio.
En el terreno disciplinar el clero fue el principal objetivo de la reforma. En este aspecto las novedades no fueron muchas, pues ya se habían dado pasos importantes en este terreno en Italia, en España y en otros lugares de Europa. Se intentó con más energía acabar con el escándalo de la acumulación de obispados y beneficios exigiendo una serie de condiciones a los prelados para el acceso a la diócesis. La celebración de sínodos diocesanos y provinciales, y la obligación de realizar visitas pastorales fueron impuestas como una necesidad para el buen funcionamiento de las diócesis. La creación de seminarios para la formación del clero secular puede ser considerada la más importante novedad del concilio. Para el clero regular se reafirmó la exigencia del retorno a los orígenes.
La participación española en el concilio de Trento fue muy importante cuantitativamente, unos 130 españoles asistieron a la última sesión, pero lo más destacado fue el alto nivel de los teólogos y prelados que representaron a la iglesia española. La famosa escuela de Salamanca, fundada por Francisco de Vitoria, estuvo representada en el sínodo por teólogos tan punteros como Melchor Cano, Domingo de Soto y Pedro de Sotomayor, que destacaron con brillantes intervenciones. Entre los catorce teólogos enviados por Roma como delegados a las tres sesiones, once eran españoles, y entre ellos estaban los jesuitas Lainez y Salmerón, el primero de los cuales tuvo una notable intervención en el debate sobre la doctrina de la justificación, punto clave de la tesis de Lutero.
Los más importantes decretos del concilio fueron apoyados y defendidos por teólogos españoles. Algunas tesis planteadas por ellos, como por ejemplo, que la institución episcopal era de derecho divino, respondía a la tradición española de limitar la esfera de la intervención papal en los reinos hispánicos. También insistieron en que la reforma sería más eficaz si la promovían los obispos españoles, en lugar de depender de los delegados de Roma.
Respecto a la aplicación de los decretos conciliares en España, John Lynch afirma que Felipe II tenía serias reservas al respecto, sobre todo de aquellos que pudieran limitar la supremacía de la corona sobre el clero español y los derechos de patronato. Tampoco estaba dispuesto a que la Inquisición española perdiera su jurisdicción como se llegó a plantear en el sínodo. Esto pone de manifiesto, según este mismo autor, que el concilio no era un cuerpo ejecutivo, podía proclamar los principios pero no aplicarlos. Finalmente después de varios meses el monarca se decidió a poner en práctica los decretos tridentinos, pero bajo su control y el de sus colaboradores. Entre estos destacó el cardenal Quiroga, que dirigió desde su diócesis de Toledo, seguido muy de cerca por el rey, la gran obra de la Contrarreforma. Esta actuación de Felipe II de claro signo regalista es conocida también como “la reforma del rey”.
La Inquisición española como agente contrarreformista, fue de gran eficacia para acabar con los brotes de protestantismo. También se encargó de la censura férrea de libros impresos. El índice expurgatorio fue creado en 1583 y censuraba páginas, párrafos y hasta líneas de los libros que la institución señalaba.
No hay que olvidar la gran labor realizada por las nuevas órdenes religiosas surgidas en España sobre todo de la Compañía de Jesús fundada por Ignacio de Loyola en 1540. Durante el periodo de la contrarreforma dado su voto de obediencia al Papa los jesuitas formaron un frente católico pujante y cohesionado, considerado como el contrapunto de la reforma protestante. Su labor de formación, así como la dedicación al apostolado y a la evangelización dieron muy pronto resultados incuestionables como el Germanicum o colegio de formación para clérigos alemanes fundado en Roma en 1552, y el colegio romano creado en el 51 por el propio San Ignacio. A la muerte del fundador en 1556, la compañía de Jesús se había extendido por varios continentes y contaba con unos mil miembros, sólo dieciséis años después de su fundación.
Santa Teresa de Jesús tuvo asimismo una relevante actuación en la reforma de la Iglesia. Gracias a su incansable labor y a su amistad con grandes teólogos y santos contemporáneos como Fray Luis de León y San Juan de la Cruz, renovó con las fundaciones la obra del Carmelo, inculcándole un espíritu de pobreza evangélica y de profunda religiosidad. Su obra escrita de gran interés religioso y literario es la representación más sublime junto con la de San Juan de la Cruz de la mística española.
Y para terminar hay que recordar a San Pedro de Alcántara que promovió en la orden franciscana una reforma caracterizada por la más estrecha observancia de la regla que sería aprobada por el Papa en 1562.
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Re: La Contrarreforma en España

Mensaje por Eme »

Muchas gracias Avatar :D :smt023
"Si los hombres han nacido con dos ojos, dos orejas y una sola lengua es porque se debe escuchar y mirar dos veces antes de hablar." Marquesa de Sevigné.
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Re: La Contrarreforma en España

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Eme escribió:Muchas gracias Avatar :D :smt023
Gracias a vosotros, que vaya marcha lleváis. 8O
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Stone
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Re: La Contrarreforma en España

Mensaje por Stone »

avatar escribió: (...) vaya marcha lleváis. 8O
http://www.youtube.com/watch?v=rkpHZQho ... re=related

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Y muchas gracias por la transcripción :D
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Re: La Contrarreforma en España

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Stone escribió:
avatar escribió: (...) vaya marcha lleváis. 8O
http://www.youtube.com/watch?v=rkpHZQho ... re=related

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Yaiza
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Re: La Contrarreforma en España

Mensaje por Yaiza »

Muchas gracias.
Por encima de la torpeza y cobardía generales, aparece un ideal agrupador de regiones antagónicas y de clases en pugna, un ideal que extrae su fuerza del mutuo instinto de conservación y es el intelectual - no el poeta de ojos tristes
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Re: La Contrarreforma en España

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Yaiza escribió:Muchas gracias.
Gracias a ti :) :smt039
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