La sociedad española en el s. XVII

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La sociedad española en el s. XVII

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LA SOCIEDAD ESPAÑOLA EN EL SIGLO XVII (Josefina Castilla Soto)

La estructura social estaba basada en el modelo estamental a modo de pirámide estratificada en cuya cúspide se instalaban los estamentos privilegiados como la nobleza y el clero y en la base el tercer estado o estado llano, éste último, lejos de ser uniforme presentaba un amplio abanico social, además existía otra estructua social añadida a la anterior y fundamentada en la limpieza de sangre, es decir, en la ausencia en el linaje de antepasados judíos o conversos.

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Los estatutos de limpieza de sangre se aplicaron en el siglo XVII, especialmente a los miembros de las órdenes militares, Inquisición y muchos cabildos eclesiásticos y civiles, además en los colegios mayores también se exigían rigurosas pruebas lo que convertía a los colegiales en candidatos ideales para ocupar los altos puestos de la Administración, si a esto añadimos el dinero como un factor más de dinamismo social nos encontramos con que en el siglo XVII tres factores regían la sociedad española:

- Estamentos: Nobles, clero y pecheros
- Castas: Limpios de sangre y manchados
- Clases: Ricos y pobres en función de su actividad económica.

Sobre estos tres principios, nacimiento, estado y riqueza descansaba la organización social, no se trataba, además, de compartimentos estancos sino que la movilidad social era posible y se veía incrementada por la decadencia económica acaecida en la centuria. Como veremos más adelante los no privilegiados podían acceder al estamento eclesiástico e incluso al nobiliario por diversos caminos:
. En recompensa por los servicios prestados a la Corona
. Por matrimonios mixtos
. Por la compra o adquisición de cargos

NOBLEZA
Constituye aproximadamente un 10% de la sociedad y se hallaba muy desigualmente repartida por la geografía peninsular. Si en las provincias vascas la mayoría de la población reivindicaba su condición noble, en el sur menos del 1% de la población ostentaba dicho privilegio. Tampoco formaban un estamento homogéneo pues se conjugaban la nobleza heredada o innata con la adquirida por concesión del soberano y en virtud de diferentes causas.

ARISTOCRACIA
A la cabeza figuraban los grandes incluídos los duques cuyo número se incrementó a lo largo del siglo XVII por las concesiones hechas por Felipe IV y Carlos II, lo que contribuyó a devaluar el título. Los grandes podían cubrirse ante el monarca y desempeñaban importantes cargos militares, entre otros muchos privilegios. Por debajo de los grandes, los títulos, condes y marqueses proliferaron igualmente a lo largo de la centuria en virtud de servicios prestados a la Corona o por otras vías como podía ser la burocrática. Tras los titulados estaban los señores de vasallos y los caballeros de las órdenes militares, aunque no formaban propiamente una categoría nobiliaria.

También a lo largo del siglo XVII la estructura de las órdenes militares (Santiago, Alcántara, Calatrava y Montesa) tan rígida en épocas anteriores comenzó a requebrajarse con la venta de hábitos de órdenes. Caballeros e hidalgos formaban la base del estamento noble y el elemento diferenciador era el nivel de fortuna.

Mientras algunos se dedicaban al cuidado de su tierra o a oficios denominados “viles” otros ostentaban un hábito o un cargo vitalicio en ciudades castellanas importantes. Los más fuertes, económicamente hablando, solían aspirar a la consecución de un título para ascender dentro del estamento, en particular, los hidalgos resultaron profusamente satirizados por la literatura de la época, aparecían frecuentemente como ejemplo de dignidad en la pobreza pero enarbolando siempre su principal norma: el honor.

Pertenecer a la nobleza suponía una serie de ventajas para sus titulares, una de las principales era la exención fiscal, además disponían de importantes privilegios jurídicos ya que no podían ser atormentados salvo en delitos de lesa majestad, ni ahorcados, ni azotados, ni tan siquiera encarcelados por deudas civiles. También la riqueza era un elemento inherente a la condición nobiliaria hasta tal punto que las antiguas leyes de Castilla retiraban el rango nobiliario a quien se empobreciera.

Muchas y variadas eran las rentas que gozaban los nobles, entre ellas, las más importantes eran las rentas territoriales, las rentas enajenadas a la Corona, las propiedades señoriales, las derivadas de otras actividades económicas y las mercedes reales o procedentes de servicios prestados a la Corona, además, la nobleza disponía de importantes vías institucionales a través de las cuales se aseguraba sus fuentes de ingresos como eran las dotes y el mayorazgo que era la institución destinada a perpetuar en una familia la propiedad de ciertos bienes que recibía el heredero sin posibilidad de enajenarlos estando obligados a transmitirlos a su sucesor intacto y con las mismas condiciones de inalienabilidad. El documento que establecía el mayorazgo detallaba todas las propiedades incluídas en él, el nombre del beneficiario y las restricciones sobre el uso de la propiedad, con ello se buscaba un objetivo fundamental: cerrar el paso a la venta o enajenación como medio de impedir la disolución de las herencias patrimoniales.

La aristocracia se había ido endeudando, en parte, debido a la institución del mayorazgo, es cierto que éste salvaba sus propiedades de la enajenación pero no les proporcionaba líquido al no poder vender más que aquello que no formaba parte del mayorazgo. Para quienes poseían grandes propiedades la forma más rápida de conseguir dinero era a través de la petición de un crédito con la garantía del mayorazgo. Ello era posible previa facultad real, los préstamos o censos así obtenidos eran amortizables con la renta de los mayorazgos, sin embargo, estos ceansos se convirtieron en una pesada carga a lo largo del siglo XVII, diversos factores contribuyeron al endeudamiento de la aristocracia, entre ellos la fuerte inflación de la época, el gasto desenfrenado y la ostentación, las dotes y sobre todo las exigencias de la etiqueta cortesana. No hay que olvidar que en el siglo XVII la aristocracia se traslada mayoritariamente a la Corte, ello implica la compra o alquiler de casas, importantes desembolsos con motivo de fiestas en la Corte y gastos extras para el séquito cuando la Corte se movía en sus famosas jornadas y contribución en hombres o dinero por parte de los nobles cuando el monarca así lo exigía. A lo largo de los siglos XVI y XVII y debido probablemente a la abundancia de oro y plata emergió una mentalidad suntuaria que impregnó a las capas medias pero sobre todo a las capas altas de la sociedad.

Los nobles rivalizaban entre sí por sus grandes mansiones, su elevado número de criados, coches, obras de arte, etc, a imitación de las casas reales, así pues, muchos son los informes según los cuales la aristocracia española se había convertido en la segunda mitad del siglo XVII en una aristocracia cortesana, empobrecida y exhausta que vivía parasitariamente a costa de la renta señorial o de los juros y que se dedicaba a consumir en exceso en Madrid.

Aparte ventajas fiscales, jurídicas o económicas no podemos olvidar otra faceta inherente a la condición de noble, se trata de que la aristocracia copaba los cargos de la alta administración, no en balde había monopolizado las políticas de los colegios mayores. Estas instituciones dependientes de las principales universidades como Salamanca, Alcalá o Valladolid se crearon con el objetivo de lograr una elite académica. Requisitos indispensables para acceder a ellos eran una oposición demostrativa del nivel cultural y la ya mencionada limpieza de sangre. Aunque se crearon para financiar los estudios de los bachilleres pobres, los estatutos colegiales fueron variando con el paso del tiempo y se fueron acomodando a las nuevas realidades económicas. La nobleza castellana se matriculó cada vez más en colegios y universidades a lo largo de los siglos XVI y XVII, siendo el derecho la materia favorita de estudio, igualmente este estamento tenía una enorme influencia en los municipios gracias a la práctica de la mitad de oficios, en los ¿? cargos municipales no sólo era una cuestión de prestigio sino de interés ya que ello le brindaba la oportunidad de obtener ventajas que le garantizaran sus intereses de clase.
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Re: La sociedad española en el s. XVII

Mensaje por Stone »

CLERO

Resultaba un estamento deseado por determinados individuos, así, los segundones de las familias nobles se aseguraban una posición económica y social que en su estamento se les negaba por estar destinada al primogénito. También el estado llano veía en la iglesia una posibilidad de ascenso social, además las mujeres solteras y viudas estaban destinadas al claustro como una de las mejores opciones.

Uno de los principales problemas que presentaba la iglesia para la monarquía hispánica era su desbordante amplitud, fruto de las propias normas impuestas por la sociedad estamental. Pertenecer al clero suponía mayores oportunidades de movilidad social pero además la iglesia representaba para delincuentes, ¿? etc la seguridad, la exención tributaria y la inmunidad eclesiástica.

Muchos arbitristas, entre ellos Navarrete y Sancho de Moncada, a pesar de su pertenencia al clero no dudaron nunca en recomendar el freno a las vocaciones religiosas, llegando incluso a la prohibición de fundar nuevos conventos y monasterios porque consideraban que el fuerte incremento de las entradas en religión pocedía menos de vocaciones auténticas que de la búsqueda de un beneficio y de una vida cómoda. Este hecho repercutía de forma muy negativa en el desarrollo demográfico y económico del reino.

Al igual que el nobiliario, también el eclesiástico estaba fuertemente jerarquizado, en la cúspide del clero secular estaba el clero episcopal al que se podía acceder desde el clero secular y regular. La elección de obispos y arzobispos, en virtud del derecho de patronato, la realizaban los monarcas y recaía normalmente en segundones y bastardos de la aristocracia y de la familia real. Tras obispos y arzobispos estaba el clero capitular (deanes y canónigos) y el colegial (abades y priores), en la base del clero secular se situaban los curas párrocos, beneficiados y capellanes de procedencia social variopinta pero sobre todo de extracción humilde.

La Iglesia Católica era sin duda la institución más rica en España, sin embargo, a mediadios del siglo XVII se aprecia un descenso de las rentas del clero debido a una serie de factores: Por un lado la crisis económica imperante por otro la despoblación y además el hecho de que la Corona dispusiera de una parte importante de las rentas eclesiásticas en virtud de los impuestos de cruzada, subsidio, excusado, tercias reales y décimas eclesiásticas para la defensa de la monarquía, por ello, el inmenso poder de la iglesia española no se ejercía para nada al margen de los intereses del estado. Sus ingresos tenían una variada procedencia, así estaban los diezmos o décima parte de toda la producción agropecuaria, el producto de sus cuantiosas propiedades tanto rurales como urbanas, de las inversiones en préstamos hipotecarios o censos, los estipendios cobrados por las misas o por la administración de sacramentos amén de las limosnas y donaciones particulares.

Esta riqueza estaba muy desigualmente repartida: frente a sedes episcopales riquísimas, caso de la de Toledo con 250.000 ducados otras como la de Almería apenas superaban los 4.000. Este contraste existía entre las mismas parroquias y entre los conventos según la zona donde estuvieran ubicados.

La influencia del clero en la alta administración fue más bien indirecta, a través de los confesores y predicadores reales y de los teólogos llamados a las juntas. Salvo excepciones los eclesiásticos nunca estuvieron integrados en el funcionariado, eso sí, algunos fueron designados directamente por el monarca para las más altas magistraturas, presidentes de los consejos, virreyes, desempeño de importantes misiones diplomáticas, etc. En cuanto al clero regular tampoco era homogéneo ni en distribución ni en riqueza. En cuanto a su distribución geográfica hasta el Guadarrama predominaban los benedictinos, al sur, cartujos y jerónimos y los mendicantes y franciscanos sobre todo en áreas de densa población como sucederá con los jesuitas.

En cuanto a la riqueza de las órdenes monacales (benitos, bernardos, cartujos y jerónimos) muy nutridos de nobles fueron relajando sus costumbres a lo largo del siglo XVII viviendo en la opulencia, sin embargo, las órdenes mendicantes (franciscanos, carmelitas, agustinos, trinitarios y mercedarios) vivían con mayor pobreza aunque tampoco escaparon a la relajación de costumbres. Por lo que respecta a la Compañía de Jesús su vocación por la enseñanza y su unión con la política la convirtieron en eje de pleitos y rencillas. Durante el siglo XVII destacaron sus contiendas con dominicos y franciscanos por motivos teológicos y jurisdiccionales y también por su prosperidad, el favor de la Corte y el monopolio universitario.

Dentro del estamento eclesiástico no podemos olvidar al Tribunal de la Inquisición, sobre cuyas actuaciones el Papa tenía escaso poder ya que era de hecho un brazo del estado. Creado por los Reyes Católicos se componía de un Tribunal Supremo en Madrid y de trece tribunales inferiores distribuidos por la península. Sus objetivos, velar por la pureza de la fe católica evitando actividades y actitudes heréticas por parte de sus miembros. A mediados del siglo XVII el tribunal era ampliamente criticado por las autoridades civiles y por otros sectores eclesiásticos, recordemos que estaba controlado en buena medida por los dominicos, además su riqueza y prestigio habían decaído claramente a lo largo de la centuria, quizá porque su única fuente de ingresos procedía de las confiscaciones cuyo fruto debía compartir además con la Corona, lo que no impidió el enriquecimiento de algunos.

TERCER ESTADO

En la sociedad española del siglo XVII el tercer estado estaba constituido por la mayoría y lejos de ser homogéneo, presentaba aún más diversidad que los privilegiados. En el ámbito rural sus máximos representantes era los campesinos, en función de su riqueza podemos hablar de 3 tipos de campesinos:

- Campesinos acaudalados, propietarios de tierras, ganados, aperos, molinos, etc. Aparte de explotar sus tierras mediante jornaleros solían disponer de algún oficio concejil formando parte de las oligarquías rurales.
- En un grado intermedio, labradores propietarios de medianas y pequeñas parcelas cultivadas y los ganaderos, dueños de bestias mayores de labor o de importantes rebaños de ganado menor.
- Por último, los jornaleros desposeídos de tierras que compaginaban su trabajo con algún oficio (albañil, carpintero, herrero, alfarero …)

En general, la situación económica del campesinado empeoró a lo largo del siglo XVII debido a diferentes factores: las malas cosechas, la tasa del precio del trigo, las alteraciones monetarias, las levas de soldados para los diferentes conflictos internos y exteriores, pero sobre todo la fuerte presión fiscal ya que debían pagar impuestos indirectos además del diezmo a la iglesia y las rentas señoriales en los lugares de señorío.

En los núcleos urbanos una importante parte de la población vivía agremiada y se regía por unas ordenanzas aprobadas por el monarca. Dentro de los gremios existían tres escalas: maestro, oficial y aprendíz. Mercaderes y artesanos formaban esa sociedad gremial en la que tenían además en su mayoría una cofradía o congregación religiosa que les amparaba en caso de extrema necesidad. Esas cofradías tendían además al control de la vida religiosa y moral de la feligresía. Los requisitos para agremiarse o pertenecer a una cofradía derivaron en mecanismos de selección social, especialmente por medio de la introducción de limpieza de sangre lo que constituía un veto a los ciudadanos de origen judío.

Aparte de los gremios, en el mundo urbano se movían múltiples profesionales: médicos, abogados, notarios, burócratas ya que no todos pertenecían a la nobleza y además toda una nube de marginados entre los que destacaremos los mendigos, gitanos y esclavos. También judeoconversos, moriscos, bandoleros, extranjeros constituían otros grupos con los que se completa una visión panorámica de lo que representaba la sociedad española del barroco. No podemos, sin embargo, abandonar este punto sobre el variopinto tercer estado sin mencionar los distintos mecanismos que tenían sus miembros para ascender en la escala social. Por ello se necesitaba ante todo unos requisitos indispensables: buenos ingresos, posición social respetable y ausencia de sangre semita. Con un buen caudal se podían adquirir cargos municipales cuya venta se incrementó a lo largo del siglo XVII en virtud de las necesidades del estado, en particular, con el conde-duque de Olivares. La venta de cargos contribuyó a financiat las campañas exteriores al mismo tiempo que pagaba las deudas de la Real Hacienda, igualmente la riqueza se empleaba en la adquisición de tierras y señoríos lo que permitía en un momento dado emparentar con la nobleza a través de matrimonios mixtos, otros utilizaban su dinero para realizar préstamos a la Corona cuya consecuencia podía ser la obtención de un hábito o incluso de un título nobiliario. Otras vías de ascenso eran el ejército y la Administración, en especial, los colegios mayores de Salamanca, Cuenca y Santiago se encargaron de la educación y formación de letrados tanto nobles como plebeyos que constituyeron la base de una nobleza administrativa surgida en estos siglos XVII y XVIII.
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Yaiza
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Re: La sociedad española en el s. XVII

Mensaje por Yaiza »

Muchas gracias, también muy bonito. Yo no sé hacer esas cosas de poner fotos, ni siquiera se poner el subrayado y la negrita :oops:
Por encima de la torpeza y cobardía generales, aparece un ideal agrupador de regiones antagónicas y de clases en pugna, un ideal que extrae su fuerza del mutuo instinto de conservación y es el intelectual - no el poeta de ojos tristes
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Stone
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Re: La sociedad española en el s. XVII

Mensaje por Stone »

Yaiza escribió:Muchas gracias, también muy bonito. Yo no sé hacer esas cosas de poner fotos, ni siquiera se poner el subrayado y la negrita :oops:
Es muy fácil :D Verás que cuando estás escribiendo el mensaje en la parte superior hay una serie de cajitas, primero sale una "B", luego una "i", luego una "u", etc. Si pasas el cursor por encima sin clicar te dice lo que significa cada una: la B sirve para poner en negrita, la i la pone en cursiva, la u subraya, etc. Sólo es cuestión de que marques de principio a fin el texto que quieras resaltar, subrayar o lo que sea. Por ejemplo: Historia Moderna de España curso 10-11 si le das a citar a mi mensaje verás como quedan los corchetes.

Si quieres subir una foto, primero la tienes que tener guardada en tu PC, buscas en internet lo que te convenga, con el botón derecho del ratón le das a guardar imagen y la guardas en tu disco duro. Procura que no tenga una resolución muy alta porque a veces son imágenes muy grandes, normalmente para estos trabajitos del foro le pongo una resolución máx. de 300 ó 400 píxeles, suficiente.

Entonces vas a la parte inferior de donde estás escribiendo el mensaje, verás una cajita y al lado pone "Examina", dale a ese botón y vas a buscar el lugar donde tienes la foto guardada en tu disco duro, una vez está escrita la ruta le das al botón que pone "subir imagen" y se te abrirá otra ventana correspondiente a un servidor donde se alojan las fotos (en nuestro caso Imageshack, hay otros sistemas pero eso es ya otra historia).

Una vez subida la imagen verás en el margen izquierdo una serie de códigos, tienes que copiar el que dice link para foros (o algo parecido) y pegar tal cual en el mensaje que estás escribiendo. Le das a "vista previa" para comprobar que está todo bien y no hay nada descuajaringado y voilá.

No sé si me he explicado bien. Hay un hilo de pruebas donde todos hemos empezado por ahí haciendo nuestros "experimentos", parece un poco lioso pero verás que sólo es cuestión de práctica. Si tienes dudas ya me dices.

Saludos Yaiza y muchas gracias a tí por tu tiempo y tus trabajos :smt039
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Eme
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Re: La sociedad española en el s. XVII

Mensaje por Eme »

Gracias a tidarrobas :D :smt023
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Pilux
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Re: La sociedad española en el s. XVII

Mensaje por Pilux »

Leyendo los consejos de Stone e intentado colgar en "más bonito" las últimas transcripciones :D . Vaya churro que me salieron todas las otras con el copiar pegar :oops:
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Yaiza
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Re: La sociedad española en el s. XVII

Mensaje por Yaiza »

Gracias Stone por tus explicaciones, realmente son concisas y claras, ahora solo me falta llevarlas a la práctica....lo intentaré, aunque ya veremos, que entre lo torpe que soy en esto de las tecnologías y la poca paciencia que tengo...mal me va... ya te contaré...como acabo :smt101
Por encima de la torpeza y cobardía generales, aparece un ideal agrupador de regiones antagónicas y de clases en pugna, un ideal que extrae su fuerza del mutuo instinto de conservación y es el intelectual - no el poeta de ojos tristes
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